Hablar bien no cuesta un carajo y nos aporta un beneficio de puta madre…
¿Cuántas veces habré leído, siempre desde el tono de humor necesario, la frase de esta tablilla regalo que mi hicieron unos amigos allá por los años ochenta cuando estábamos en BUP? Sí, BUP. Yo estudié con un plan que contenía tres cursos de Bachillerato y luego uno de COU. El Bachillerato Unificado Polivalente y el Curso de Orientación Universitaria. No sé si sería mejor que el actual (creo que cualquiera distinto al que tenemos es mejor, aunque esa es otra historia), pero sí puedo asegurar que jamás se nos ocurría escribir o hablar mal. Era la educación de entonces.
Todavía recuerdo esa tablilla, con ese sabio griego, creo, levantando el dedo y soltando tal frase. Y sobre todo la recuerdo, cuando ante las nuevas tecnologías usadas en exceso por todos nosotros, pero sobre todo por los más jóvenes, caemos en el error de acortar palabras, saltarnos los signos de puntuación o los acentos y tildes… O sustituir la conjunción <<que>> por ahorrarnos una letra y usamos <<ke>>. No logro entenderlo. Total, si hacerlo bien no cuesta nada.
Aunque debería decirles que más aún me duele leerlo en personas ya entradas en una edad que quizá, sólo quizá, intenten aparentar algo que ya no son. Es nuestro deber, los que ya pintamos canas, encauzar a aquellos que cometen semejante aberración a nuestra maravillosa lengua. Ese idioma en el que se expresó Cervantes para contar las aventuras de un hidalgo manchego. Una obra universal, sin parangón con ninguna otra, le pese a quien le pese. En un idioma rico, generoso, espléndido, lleno de adjetivos descriptivos para mayor gloria de nuestra literatura. Donde hay palabras que pueden contener significados distintos aun escribiéndose igual (homógrafas)…
Por ello, quisiera romper una lanza a favor de nuestro idioma. Por reactivar la cultura desde su ámbito más esencial: la palabra. Y el uso que hacemos de ella. Hagamos un llamamiento solidario a quien esté a nuestro lado, y con cariño y respeto, sobre todo con respeto, le hagamos ver que debemos cuidar y conservar ese idioma que hablamos tantos millones de personas, para así poder salvaguardarlo.
No nos cuesta nada enviar un <<whatsapp>> y escribirlo correctamente. Tal vez perdamos un poco de tiempo, pero ganaremos mucho más. Para empezar no nos dejaremos llevar por la inercia que mueve este mundo y hacernos más borregos. Por otro lado, el beneficio casi ni lo advertiremos, pero poco a poco, nuestro lenguaje se volverá más rico, más suelto, más sonoro. Y nosotros seremos más atractivos. Recordar a Cyrano de Bergerac bajo un balcón enamorando a su amada por los maravillosos versos que le recitaba…
Por todo lo anteriormente dicho, quisiera que recordaran la frase con el tono de desenfado necesario, porque ya sabéis que: <<Hablar bien no cuesta un carajo y nos aporta un beneficio de puta madre…>>
Jcgescritor 02/01/18